Review Moog Grandmother
Hoy jugamos en otra liga. No hay fanático de los sintetizadores que no conozca al todopoderoso fabricante MOOG. Dentro de toda la gama que nos ofrece, hemos escogido el modelo Grandmother para esta pequeña disección, con el objetivo de que conozcáis algo de la descomunal capacidad de este sintetizador semimodular analógico.
Dispone de dos osciladores con 4 tipos de ondas diferentes con opción sync para modificar la tonalidad entre ellos, un filtro clásico que oscila entre los 10hz y los 20khz (con una limpieza y potencia apabullante), envolvente ADSR clásica, secuenciador y arpegiador con 3 modos de uso (UP/UP-DOWN/RANDOM), capacidad de 3 octavas y duración de hasta 256 notas para guardar en 3 secuencias. A todo esto hay que añadir las infinitas opciones de modulación, donde a base de patch podemos generar sonidos muy experimentales, y todo esto pasando por la efecto Reverb de muelles, añadiendo una calidez única. Pero si tengo que destacar algo de este sintetizador, sin duda sería la potencia de sonido que desprende.
Orientado a: Aunque experimentando se puede conseguir prácticamente cualquier sonido, la calidad de los bajos es superior, y los arpegios son una auténtica gozada.
Lo mejor: El sonido, tanto por calidad como por potencia. Es una auténtica bomba. Se pueden crear patrones con una fuerza y un timbre que te vistan todo un track sin despeinarse.
Lo peor: Es probable que al usuario no muy iniciada en este tipo de sintetizadores les resulte difícil trabajar sin memorias para guardar patrones, cosa que se arregla en 3 veces de uso, ya que es muy fácil hacerse con el funcionamiento del sintetizador.